viernes, 30 de junio de 2017

Gypsy

-Estreno: 30 de junio de 2017, Netflix.
-Drama, 57 minutos, 1 temporada, 10 episodios.

-Cuando Netflix comenzó a producir ficción serializada, se habló mucho de sus famosos y secretos algoritmos, con los que recogían datos de visionado y puntuación de los usuarios, y que luego se utilizaban para dar luz verde a sus nuevos proyectos. Así nació el primero de ellos, 'House of cards', que ticaba varias casillas: intriga política, la Casa Blanca, adaptación de una prestigiosa serie inglesa, Kevin Spacey, la princesa prometida... El laboratorio decía que lo tenía todo para triunfar, y así ha sido. Desde entonces, a esta manera de hacer encargos se le ha ido viendo el cartón más o menos en los años siguientes, pero pocas veces tanto como en 'Gypsy', una serie cuya lista original de "positivos" estaría compuesta por: thriller psicológico-erótico, la directora de '50 sombras de Grey', el protagonismo de Naomi Watts (que recuerda a su papel en 'Mulholland Falls' en el mismo año en el que ha vuelto 'Twin Peaks' a las pantallas), la promesa en el ambiente de varias escenas de alto voltaje sexual, una fotografía con mucho juego de luces y de interiores y de parecer que estamos mirando ocultos tras una barandilla o una rendija, e incluso una canción mítica para los créditos iniciales, la de Stevie Nicks para Fleetwood Mac, que resume uno de los temas principales de la serie: el deseo de volver a la rebeldía juvenil. El otro, para que nadie se llame a engaño, ya se establece desde la primera frase del monólogo inicial de la protagonista: "Hay una fuerza más poderosa que el libre albedrío: el subconsciente". Quedan así todas las cartas sobre la mesa, incluyendo la del empoderamiento femenino (creadora, guionista, directoras, protagonistas), menos la consabida de qué pasará al final y qué revelación sorprendente/tramposa espera allí. La trama en sí va de una psicoterapeuta, Jean (Watts), que tiene una vida perfecta, con una clientela estable, un marido abogado de altos vuelos y una niña de ocho años que es un primor. Sin embargo, ya con cuarenta y muchos años de edad, algo se agita en su interior con las historias de tres de sus pacientes, y empieza a cruzar la línea de lo estrictamente profesional, inmiscuyéndose en la vida de varios de sus allegados bajo el alias de Diane Hart, periodista. La principal de estas excursiones extraoficinescas atañe a Sidney (Sophie Cookson), una veinteañera, camarera de cadena de cafeterías pijas (o "barista", como lo llaman ahora), que es una "femme fatale" morenaza con un tatuaje exótico, un irresistible acento británico y un morbo que se lo pisa. A pesar de que se llevan veinte años, empiezan a intimar cada vez más, mientras que en el bufete de abogados hay otro pibón, Alexis (Melanie Liburd), la secretaria del marido de Jean, cuya sonriente eficiencia raya muy a menudo en el flirteo con su jefe. La serie se convierte entonces en la historia de cómo Jean maneja su crisis de los cuarenta, entre el marido que está poco en casa, lo buena que está la secretaria, la hija que empieza a sospechar que quiere ser un chico, las madres víboras del colegio, la inglesa morbosona, el recuerdo que cuando fumaba maría de joven, y sus propios excesos profesionales. ¿Por qué arriesga todo lo que tiene, y para conseguir qué? Pues no tiene mucho sentido, pero para eso ya se te dice desde el principio, para que no lo vuelvas a preguntar más: cuando uno o una se encapricha de algo, la mente ya no rige. El ritmo de la serie es lento y deliberado, con el objetivo de no simplificar demasiado la historia y de darle un tono descenso paulatino a los infiernos en lugar de calentón repentino de bragueta, pero seguramente no hacían falta diez horas. Ya que buscamos influencias anteriores, habría quedado mucho mejor como película de dos horas al estilo de 'Atracción fatal' o 'Análisis final' o 'El color de la noche', que tan de moda estuvieron a finales de los 80 y principios de los 90.

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