miércoles, 22 de noviembre de 2017

Godless

-Estreno: 22 de noviembre de 2017, Netflix.
-Drama, 60 minutos, 1 temporada, 7 episodios.
-Miniserie.

-Cuando se sitúa la trama en un poblado del Lejano Oeste donde casi todos los hombres mueren el mismo día debido a un accidente en la mina en la que trabajan, uno piensa que es una gran oportunidad para hacer un western feminista. Y en efecto, el pueblo de La Belle (Nuevo México) se ha quedado reducido a las mujeres que estaban casadas con los mineros o que les proveían servicios, aparte de algún anciano y de un único superviviente, que ha quedado desequilibrado mentalmente por la experiencia. Sin embargo, poco a poco esta parte del fresco va quedando oculta por el auténtico motor de la historia, que es un relato de traiciones y venganzas entre Frank Griffin (Jeff Daniels), el líder de una banda de forajidos que se dedican a robar pueblos, bancos, convoyes, diligencias y trenes, y uno de sus expupilos, Roy Goode (Jack O'Connell), que se ha fugado con un par de alforjas llenas de botín. La serie está llena de estupendos personajes, entre los que destaca Mary Agnes McNue (Merrit Wever), la viuda del alcalde, que lejos de acobardarse y llorar, se pone la ropa de su marido, se ciñe sus armas y no vuelve a vestir falda jamás. Su hermano Bill (Scoot McNairy) es el sheriff del pueblo casi por defecto, y además se está quedando ciego. Su comisario es Whitey Winn (Thomas Brodie-Sangster), un chaval con ganas de convertirse en leyenda del revólver. Afuera del pueblo vive otra viuda, Alice Fletcher (Michelle Dockery), apartada del lugar debido a sus relaciones con un indio, con quien tuvo un hijo que no ha salido especialmente hábil para montar caballos o seguir pistas, como hacíala familia de su padre. También hay un periodista vendebulos, un enviado de la compañía minera y hasta una comunidad negra de exsoldados nordistas intentando asentarse en granjas a cierta distancia del pueblo. Y así sigue una larga galería que va poblando un lugar que se ha quedado indefenso, a merced de depredadores que quieran pasar por allí, oportunistas que quieran abrir la mina otra vez o caballeros decentes que quieran echar una mano. La serie está sabiamente planteada como una miniserie con punto de inicio y final fijos, sin continuación posible, con el número de episodios estrictamente necesarios e incluso de duración muy variable, entre los 40 y los 80 minutos, dependiendo de lo que necesite la historia en cada momento. La fotografía es extraordinaria y las secuencias de acción, cuando llegan (y se sabe que llegarán, como buen western de buenos y malos) están muy bien.

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